Continuamos
con otras clases de queso, que se producen en la Península Ibérica:
→ El
queso Idiazábal. Es un queso que se caracteriza por tener una
calidad extraordinaria. Es producido con leche cruda de la particular
oveja latxa y/o carranzana. Debe pasar por un proceso que, como
mínimo, va a durar dos meses. Podemos elegir el queso Idiazábal, en
su variedad ahumada o no, aunque, en cualquiera de estos casos, vamos
a disfrutar de un queso duro, cocido y con una corteza, que es
completamente natural. La intensidad de su sabor es considerada
media. Los quesos Idiazábal, no ahumados, se pueden tomar con un
bueno vino tinto de Rioja o Navarra; mientras que es ahumado, se
recomienda con un Rioja blanco. Es un queso muy popular, dentro de la
gastronomía navarra y del País Vasco.
→ El
queso de tetilla. Se produce en Galicia y tiene denominación de
origen. Es un queso que se obtiene de la leche de las vacas frisonas,
Pardo Alpina y de la raza Rubia gallega, con el que se logra un queso
de pasta blanda, muy cremoso y con un sabor mantecoso, eso sí, con
un toque ácido y salado. El queso de tetilla, también, se conoce
como queso de perilla. Posee una corteza muy fina y elástica, por lo
que es apto para poder fundirse. Un rasgo por lo que es fácil de
reconocer: su forma cónica. Antes de su consumo, se recomienda
dejarlo durante una hora en la nevera. Se puede acompañar con un
vino de Jerez o un Cava.
Foto: fuente
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