Sobre
dónde está la cabeza de Goya, se han creado numerosas hipótesis.
Pero, la que tiene más adeptos es la de que alguien llegó a asaltar
la tumba y robó el cráneo, para poder llevar a cabo una serie de
estudios frenológicos. La frenología, para quién no lo sepa, es
una pseudociencia que busca conocer los rasgos de la personalidad y
la tendencia criminal, de una persona, teniendo en cuenta la forma
del cráneo. Esta pseudociencia estaba de moda, en el momento en que
murió el pintor. Incluso, hay la teoría de que el pintor accedió a
que su amigo, Jule Laffargue, le cortara la cabeza, después de
muerto, para poder llevar a cabo un estudio frenológico. Otros
estudios mantienen la existencia de un cuadro del pintor Dionisio de
Fierros, donde se puede leer la inscripción "El
cráneo de Goya pintado por Fierros en 1849”. Todo parece señalar
que un nieto de Fierros había afirmado que su abuelo poseía, en su
estudio, una calavera, que podría ser la del artista español. El
cráneo pudo haber terminado en la ciudad de Salamanca, ciudad donde
uno de los hijos de Fierro se fue a estudiar, para licenciarse en
Medicina. Según esta teoría, el joven estudiante, sin saber que los
restos óseos eran de Goya, se los dio a comer a un perro mastín,
que le perseguía por las calles de esta ciudad. Los restos mortales
del pintor, en estos momentos, se encuentran en la ermita de San
Antonio de Florida, en Madrid.
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