martes, 14 de febrero de 2012

Las corralas de Madrid (II)


Las primeras corralas que se levantaron fueron en la zona de Lavapies y en Embajadores. Después, a mediados del s. XIX, se levantaron en otros barrios populares, como las Maravillas (Malasaña), Tetuán, Vallecas, Carabanchel... Eran solares que se aprovechaban, con muy poca fachada y con poca luz, para poder dar alojamiento, tanto a trabajadores, como a artesanos. Las más antiguas que podemos encontrar son de finales del s.XVIII y de principios del s. XIX. En este último siglo, fueron la inspiración de los autores de la época, para ser el escenario donde tenían lugar algunas de sus obras más importantes y recibieron el sobrenombre de “Casas de tócame Roque”. Algunos de los escritores que las emplearon como escenario fueron Galdós o Pío Baroja. Como dato curioso decir que la verdadera casa de “Tócame Roque” estaba en la esquina de las calles Barquillo y Belén.
Este tipo de viviendas han sufrido muchas transformaciones, aunque mantienen la estructura original. Las columnas, en un primer momento, de madera -como las barandillas-, han sido sustituidas, poco a poco, por otras de hierro. Los muretes de obra de las galerías han ido desapareciendo, para poder aligerar el peso -en el número 21 de la calle Amparo, podemos ver algunas corralas, todavía-. En la actualidad, nos encontramos con nuevas construcciones, basadas en estas, sobre todo en el número 9 de Bravo Murillo o en el 37 de la calle Embajadores, eso sí, la estructura de ladrillo y madrea se ha sustituido por una metálica y el cristal y los azulejos poseen un papel muy importante, en las mismas.
Foto: fuente

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