viernes, 15 de junio de 2012

Algunos misterios con respuesta (IV)



Cuando pasaron seis años, el geógrafo Ricardo Beltrán y Rózpide se hizo eco del hallazgo de Pinart en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid: ''Escogían siempre una roca en plano inclinado; en la misma roca tallaban la escultura, perforaban después la piedra por debajo de la estatua con tantos agujeros como fueran necesarios para separarla de la roca, y la hacían resbalar sobre la pendiente hasta el lugar en que debía erigirse, donde habían ahondado lo suficiente para enterrar la parte inferior de la estatua, quedando sólo el busto al exterior''. Los hallazgos de esquirlas de piedra y de útiles realizados con obsidiana, al lado de figuras a medio tallar del Rano Raraku, han llegado a confirmar las hipótesis de Pinart. Que fue lo que hizo que los moais no fueran tan duros como lo defendía Von Däniken. No sólo estamos ante la idea de que la toba volcánica se podría trabajar con piedra, sino que es mucho más frágil, de lo que nos podemos imaginar. Se sabe que, un turista finlandés fue capaz de arranzar una oreja de un moai, lo que demuestra que es mucho más frágil, de lo que se pensaba, en un primer momento. Y, el tema del transporte continua siendo controvertido, ya que pudo haberla en el pasado, ya que hoy no la hay. Se defiende la teoría de que era válida para construir trineos sobre los que llevaban las figuras a varios kilómetros de distancia.
Foto: fuente

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